Lo primero que pensé al ponerme al volante del Peugeot 3008 es que mantenerse en un segmento tan competido y además, sobresalir, no es tarea fácil. Este SUV lo logra con una muy buena propuesta de refinamiento, habitabilidad y confort de marcha.
Proveniente de la planta del Grupo PSA en Sochaux (Francia) este es el hermano de la mitad de la familia de SUV’s de Peugeot. Se ubica entre el 2008 y el 5008 con el que comparte plataforma. Está presente en Colombia desde el 2016 y ha sido uno de los modelos más exitosos de la marca en nuestro país.
Empecemos hablando del exterior. El frontal exhibe el nuevo lenguaje de diseño de la marca y la verdad es que luce muy bien. La parrilla se va difuminando hasta integrarse con unas ópticas inusualmente alargadas —son full LED— que además incorporan unas luces diurnas que se asemejan a los colmillos de un león.
Puede gustar más o gustar menos, pero lo cierto es que tiene mucho carácter. Y es que entre tanto SUV que circula por las calles, se agradece que haya un vehículo de este tipo con una identidad tan marcada. Esa identidad se refuerza, por ejemplo, con las luces traseras de tres cuerpos en LED, unidas por una franja en color negro, que mantienen ese característico diseño de garras… de león, por supuesto.
Mide 4,44 metros de largo, 2,09 de ancho y tiene 2,67 metros entre los ejes. Con todo y eso, y que a primera vista aparenta ser una camioneta más grandota, es bastante compacta. De costado no tiene mayores novedades, salvo los rines bi-tono de 18 pulgadas.
Peugeot 3008: De puertas para adentro
Aquí si que es otro mundo. Desde que uno se sube al 3008 parece que estamos ante un vehículo de un segmento superior. La sensación de espacio, los acabados, ensambles y la calidad de materiales utilizados dan cuenta de una esmerada vida a bordo.
Todo el buen ambiente que se vive allí dentro empieza desde que uno se sienta. En los asientos delanteros, forrados en piel y alcántara (tope de gama), hay buena sujeción lateral. Además tienen ajuste eléctrico y son calefactables. Al observar los detalles en la consola central en aluminio cepillado o tocar la tela a lo largo del dashboard y las contrapuertas, se valora más todo el refinamiento interior de este SUV.
La cabina está enfocada en crear una conexión entre conductor y vehículo. De hecho, se siente envolvente e intuitiva, todo está a la mano. Cuenta con un cluster de instrumentos digital de 12,3 pulgadas donde se proyecta la información del vehículo y es personalizable. Adicionalmente tiene una pantalla de infoentretenimiento táctil de 8 pulgadas (de 10″ en la versión GT).
Desde allí se controla desde la multimedia (tiene conectividad con Android Auto y Apple Car Play por medio de cable USB), la navegación, hasta el climatizador bi-zona. Aunque la verdad, se echan de menos las perillas para controlar la calefacción dentro del vehículo.
Tenemos accesos rápidos desde unos botones que se asemejan a las teclas de un piano —gran detalle de diseño— y espacios “vacía-bolsillos” por aquí y por allá. Además de una guantera central de buena capacidad.
El Peugeot 3008 tiene freno de mano electrónico y un selector de cambios con un estilo muy actual, incluso futurista. Pero yo hago parte de esa ‘vieja escuela’ que prefiere una palanca de cambios de las tradicionales como la que tiene su hermano menor el 2008.
Habitabilidad
Piloto y co-piloto van a disfrutar de amplio espacio y viajarán cómodamente en trayectos largos y el techo panorámico le suma a esa sensación de habitabilidad. En las plazas traseras, sin embargo, no se percibe tanta amplitud. Hay buen espacio para las rodillas, pero donde si hace falta es debajo del asiento y eso lo notarán las personas más altas. Eso sí, hay una altura adecuada del techo.
Los pasajeros de atrás disponen de dos salidas de aire, salida a 12 voltios y dos puertos USB. En caso de que no se complete el cupo para la ruta, el respaldo de la plaza central se puede convertir en un apoyabrazos que incluye dos portavasos. Incluso desde allí se puede acceder al baúl.
Hablando del baúl, este tiene una capacidad declarada de 591 litros que llega hasta los 1.482 litros bajando la segunda fila (las sillas se abaten en proporción 60/40). El día que estuve haciendo las fotos para esta prueba hubo que hacer un viaje relámpago al aeropuerto. Ese día entraron sin problemas: mi cámara fotográfica, un flash, dos maletas de 10 Kg, dos morrales, dos trípodes, un Octabox de 120cm y una gorra de McLaren.
El volante, un punto a destacar
El volante, si multifunción, si forrado en piel, pero está en su forma y sus dimensiones lo que realmente llamó mi atención. Al primer contacto se percibe pequeño. La sensación se acrecienta cuando recordamos que estamos manejando un vehículo, que aunque de tamaño mediano, sigue siendo un SUV.
En todo caso, el agarre y la maniobrabilidad son buenas. Es más, con el modo Sport, —los otros son Normal y Eco— si la vía lo permite y uno se compromete con el papel, da un feeling bien deportivo. Eso sí, después de un par de días con el Peugeot 3008, al volver a mi carro habitual el volante se sentía enorme, como el de un camión.
Su tamaño, y el que sea achatado arriba y abajo, tiene un propósito y es el de no obstaculizar la vista del cuadro de instrumentos. Aquí puede haber discrepancias. En los Peugeot es común encontrar asientos más elevados y esta colocación coincide con mi postura ideal de manejo, así que no tuve problemas para ver el display.
Aunque el volante se regula en altura y profundidad, habrá quien todavía lo siga encontrando intrusivo en la línea de visión. En ese caso, y así como las relaciones que están destinadas a perdurar, habrá que hacer concesiones. Sacrificar algo de la visual por la posición de manejo o viceversa.
Peugeot 3008: Mecánica y desempeño
Al Peugeot 3008 lo anima un motor Turbo cuatro cilindros 16 válvulas de 1.6 litros que entrega 165 HP de potencia y 240 Nm de torque. Este va acoplado a una transmisión automática de seis velocidades con tecnología Quickshift y levas en el volante.
En realidad no giran con el volante ya que están colocadas sobre la columna de dirección y eso hubiera sido un buen detalle. Cabe aclarar que aunque tiene modo Manual, no es necesario activarlo para poder usar las levas. El 3008 es de tracción delantera.
Este SUV tiene una suspensión delantera “pseudo” McPherson y trasera con barra de torsión, además de dirección electroasistida. Es un esquema confortable y lo suficientemente rígido. Transmite, pero además brinda estabilidad y control.
Cuenta con frenos de disco en las cuatro ruedas, ventilados adelante y sólidos atrás, que se complementan con sistema antibloqueo y repartidor electrónico de frenado.
Dicho esto, hablamos de un vehículo estable, preciso, aplomado y dócil. Cruza sin esfuerzo alguno, ni brusquedades. El motor sube de revoluciones con gracia y el acelerador responde efectivamente, sobre todo en el Modo Sport con el que alcanza buenas cotas. Tiene además un gran confort de marcha.
Así como dice la canción de Systema Solar, en el nuevo garaje de Motor City “estamos aprendiendo a manejar nuestra propia economía”, y lo cierto es que pasé un buen tramo de la prueba en modo Eco. Merced de eso, hubo un par de incorporaciones a la vía en las que fue evidente un pequeño lag, el némesis de los motores turbo.
El consumo es otra de las fortalezas del 3008. Calculo durante el tiempo —breve para nuestras necesidades— que conviví con este francesito, que recorre cerca de 40 Km por galón (de gasolina extra) en ciudad. Me hizo falta tiempo para llevarlo a carretera.
Seguridad
Además del gran confort, en el Peugeot 3008 también se viaja de manera segura. De serie (el que tuve en prueba fue la versión Allure) equipa 6 airbags, anclajes ISOFIX, cinturones de 3 puntos y apoyacabezas para los 5 ocupantes, control electrónico de estabilidad y asistente de arranque en pendiente.
Dentro del paquete de asistencias a la conducción cuenta entre otros con: asistente de parqueo, alerta de atención al conductor, sistema de ayuda de mantenimiento de carril, alerta de punto ciego, sensores delanteros y traseros y cámara trasera con vista 360º que se proyecta en la pantalla táctil de 8″.
Estos últimos fueron bastante útiles para poder parquear y sacar el 3008 —sin hacerle ni un rasguño— del pequeño lugar de estacionamiento que le asignaron en mi edificio.
Conclusiones
El Peugeot 3008 es un SUV que luce moderno y robusto, pero es a su vez compacto. Se valora la vida a bordo de este vehículo gracias en buena parte a la disposición de sus elementos y la calidad de los materiales. Es todo muy refinado. Hay que hurgar para encontrar puntos flacos en la cabina.
El 3008 compite en un segmento exigente y a nivel de asistencias a la conducción si se justificaría que tuviera algunas más como el control crucero adaptativo y el frenado autónomo de emergencia.
Aunque no es un velocista, ni una apuesta para connoisseurs, como dirían los franceses, es un vehículo fiel a su concepto. Cumple con lo que promete y no pretende ser más de lo que es.
Fotos: Enrique Mathieu y David Sánchez