Con el respaldo de la marca francesa, la tecnología Michelin Ultraflex busca transformar el agro colombiano al ofrecer eficiencia, durabilidad y ahorro real para productores medianos y grandes.
En medio de un panorama retador para el sector agroindustrial colombiano, donde las reformas fiscales, el alza del ACPM y los costos operativos siguen impactando las utilidades, Michelin plantea una solución con propósito: sus neumáticos con tecnología Ultraflex, una propuesta con la que, más allá de la llanta, busca convertirse en un aliado estratégico del productor.
Motor City conversó con Caio de Freitas, Director de Ventas B2B Off Road de Michelin para Colombia y Ecuador, quien explicó cómo esta tecnología es estratégica dentro del portafolio off-road de la marca.
Michelin Ultraflex: Mucho más que una llanta, valor agregado al agro
La visión de Michelin en la región es clara: no vender llantas, sino entregar valor. En palabras de De Freitas:
“Ultraflex no es un simple neumático: es una herramienta para mejorar productividad, ahorrar combustible, proteger los suelos y prolongar la vida útil de los equipos“.
Este enfoque consultivo, más allá de lo transaccional, ha llevado a Michelin a construir relaciones a largo plazo con ingenios, haciendas y grandes flotas agrícolas.
En Colombia y Ecuador, la estrategia del fabricante se basa en ofrecer soluciones que sumen al desempeño general de la operación, adaptando su propuesta a cada realidad. Esto implica mantener equipos comerciales en cada país, garantizar asesoría técnica constante y llegar, incluso a zonas de difícil acceso, mediante distribuidores locales ya familiarizados con las dinámicas territoriales.
La eficacia de las llantas UltraFlex está respaldada por estudios internacionales —universidades como Harper Adams (Inglaterra), Illinois (EE. UU.), la Universidad Federal do Mato Grosso (Brasil) y la Universidad Agrícola de China—, que evidencian mejoras del 4,3% en rendimiento de cultivos y hasta 8,4% en ahorro de combustible.
Estas cifras son clave para entender el potencial de esta innovación en un país donde la agricultura sigue siendo uno de los pilares económicos y generadores de empleo.
¿Qué hace especial a la tecnología Ultraflex?
De Freitas explica que Michelin Ultraflex representa un salto respecto a las llantas radiales tradicionales. Su diferencia clave radica en una mayor flexión del costado, que permite trabajar con presiones más bajas sin comprometer la estructura. Esto se traduce en:
- Mejor tracción y estabilidad.
- Menor compactación del suelo.
- Ahorro de combustible.
- Mayor rendimiento operativo.
Además, los refuerzos en los talones aseguran que la llanta se mantenga firmemente ajustada al rin, incluso en condiciones de trabajo exigentes, como terrenos blandos o con cargas pesadas.
Aplicación en Colombia: una solución medida y probada
Aunque se trata de un producto de nicho —enfocado en tractores de mediana y alta potencia, cosechadoras e implementos—, ya hay más de cinco clientes en el país que están usando Michelin Ultraflex activamente, algunos en pruebas y otros en operación total.
“Estamos viendo resultados positivos, especialmente en grandes haciendas que ya manejan indicadores de telemetría y consumo de combustible. Ahí es donde Ultraflex brilla“, afirma el ejecutivo.
En construcción, Michelin UltraFlex también marca la diferencia. Su uso en maquinaria pesada permite extender la vida útil de los equipos y reducir costos operativos, beneficios clave en un sector que se perfila como motor del crecimiento económico nacional en 2025.
Servicio postventa: el verdadero diferencial
Michelin no solo entrega la llanta, también acompaña al cliente en cada etapa del proceso. Su equipo de Account Managers para Colombia y Ecuador realiza visitas, análisis de desechos y seguimiento técnico, entendiendo las particularidades de cada operación.
“Un ingenio no está para gestionar llantas. Está para producir caña, azúcar o etanol. Nuestro papel es asesorarlos para optimizar el rendimiento del producto”, explica De Freitas.
Michelin Ultraflex: Producción global, calidad uniforme
Ultraflex se fabrica en plantas de Michelin en España y Brasil. Ambas están capacitadas para fabricar bajo los más altos estándares, sin necesidad de adaptar o modificar el diseño original desarrollado en Clermont-Ferrand y Ladoux —en Francia— donde se encuentra el centro de investigación de la marca.
Esto garantiza que el producto que llega al campo colombiano conserva las mismas especificaciones, calidad y rendimiento que en mercados europeos. La coherencia tecnológica es clave en este enfoque, ya que permite mantener la trazabilidad y confiabilidad en todos los lotes.
No siempre es Ultraflex: honestidad en la recomendación
Otro punto destacado es la evaluación previa que Michelin hace a sus clientes antes de ofrecer la tecnología. La recomendación de este producto parte de un diagnóstico completo de la operación: tipo de cultivo, tamaño de flota, condiciones del terreno, existencia o no de herramientas de telemetría y, sobre todo, capacidad de medición de resultados.
“Si un cliente no tiene cómo medir los beneficios, como telemetría o control de consumo, quizás Ultraflex no sea su mejor opción”, reconoce De Freitas.
En esos casos, se propone una solución más adecuada, ajustada a sus capacidades y nivel de gestión.
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¿Y los autos de calle? Tecnología con caminos distintos
Aunque Michelin Ultraflex representa un avance tecnológico importante, su aplicación está pensada exclusivamente para el agro. Las condiciones de uso de los vehículos particulares —velocidades altas, tipos de superficie, objetivos de desempeño— son muy distintas, por lo que no se prevé una migración de esta tecnología a la gama de passenger cars.
En todo caso, si esta se diera sería en sentido contrario. De Freitas explica que la evolución tecnológica va más rápido en el segmento de autos particulares, en parte gracias a la transferencia de tecnologías desde la competición, como el rally o el Mundial de Resistencia (WEC).
“Un carro llega a velocidades de 120, 150 kilómetros por hora o más mientras que un tractor agrícola va a máximo a 30 kilómetros por hora. Lo agrícola tiene otras condiciones, por eso, es dificil pensar que Ultraflex se transfiera a passenger cars”, añade.
Tecnología con propósito
Más allá de la eficiencia técnica y el desarrollo del producto, lo que entusiasma a Caio de Freitas a nivel personal y profesional es el impacto que Michelin Ultraflex puede generar en la sociedad.
“Esto va más allá de vender una llanta. Estamos hablando de seguridad, de ahorro real, de sostenibilidad. Y eso, al final, nos toca a todos como sociedad”, concluye.
